Hay una marea y movimiento muy ERRADO en este país, y el mundo entero, en el que por ser feminista ya eres el demonio encarnado. Y lo más triste de todo es que en múltiples ocasiones es la opinión de muchas mujeres. Es triste ver como entre mujeres nos menospreciamos constantemente. Y digo “nos menospreciamos” porque yo he caído en
esas actitudes negativas, al igual que todas lo hemos hecho en algún momento.
Ser feminista NO ES menospreciar el sexo masculino, NO ES creer que las mujeres somos mejores y NO ES decir que nos merecemos más que los hombres. Ser feminista ES querer que las mujeres recibamos el mismo sueldo por el mismo trabajo, ES querer sentirte libre de ponerte una falda corta y no tener miedo a ser irrespetada o violada, ES reconocer que tus aptitudes como mujer muchas veces no son las mismas que las de un hombre, pero tienen el mismo valor. Es cierto que las mujeres y los hombres podemos realizar los mismos trabajos pero hay realidades que hay que reconocer en temas de biología que nos hacen distintos y por ende con disntintas capacidades y facilidades. Como todo, hay excepciones y bienvenidas sean las mujeres que puedan hacer TODO lo que los hombres hacen y vice versa.
Desde que tuve a mi tercer hijo, he migrado en manera de pensar respecto a muchas cosas, porque ahora estoy criando a un varón y me ha ayudado a ver por qué hay tanta desigualdad entre los sexos y por qué TENEMOS QUE SER FEMINISTAS. Hubo una ocasión en la que vi a una muchacha en la calle con un pantalón corto, corto, cortísimo e iba en el carro y yo señalé a la muchacha y le dije a mis hijas “cuando usas ese tipo de ropa llamas la atención inadecuada por parte de los hombres” y en ese preciso momento me cayó un balde de agua fría encima. Me di cuenta que estaba juzgando a la muchacha y restringiendo la personalidad de mis hijas. Me di cuenta que en el mundo que vivimos nos toca criar niñas que teman vestirse como quieren porque existen hombres sin control de impulsos e irrespetuosos. No voy a entrar en el debate ahora de “entonces por qué se pone esos pantalones si no quiere llamar la atención” porque eso es todo otro tema sobre el cuál escribir.
Me di cuenta que mis hijas iban a crecer con sus deseos personales y personalidad metidas en una caja invisible. Mi hijo no.
Me di cuenta que mis hijas tienen que cuidar cómo juegan en el recreo porque utilizan falda. Mi hijo no.
Me di cuenta que mis hijas son cíclicas con altibajos emocionales a causa de hormonas REALES y que pueden pasar un momento difícil algún día porque esto no lo toman en consideración los empleadores. Mi hijo no.
Me di cuenta que mis hijas serán juzgadas si deciden disfrutar de su sexualidad. Mi hijo no.
Me di cuenta que mis hijas serán juzgadas si deciden no casarse. Mi hijo no.
Me di cuenta que mis hijas serán juzgadas si deciden no ser mamás. Mi hijo no.
No puedo cambiar YA cómo piensa una población y no puedo protegerlas de algún día pasar un mal rato y sentirse incómodas por la mirada de un hombre irrespetuoso, pero puedo enseñarle a mi hijo a no ser ese hombre.
Por eso y muchas cosas más… TENEMOS QUE SER FEMINISTAS.
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